La mayoría de nosotros ha viajado alguna vez con amigos y/o familiares y sabemos que se trata de uno de los mayores placeres de la vida: lugares nuevos, gente diferente e interesante, nuevas culturas, recuerdos inolvidables, etc. pero, ¿alguna vez te habías planteado viajar solo, dejando atrás tu zona de confort y tus inseguridades?

Algunas personas afirman que estarían encantadas de realizar un viaje en solitario, mientras que a otras les da verdadero pánico solo hablar de ello. Claro está que esto depende en gran medida de la personalidad de cada uno y la manera en la que se enfrenta a los problemas.

Se trata de un pensamiento extendido el hecho de que viajar solo se encuentra ligado a una situación difícil en la vida de la persona que realiza el viaje y que por ello necesita tiempo para pensar y alejarse de la realidad que le rodea. Sin embargo, la principal motivación para vivir esta experiencia es la búsqueda de nuevas sensaciones.

SEGURIDAD A LA HORA DE VIAJAR SOLOS

Los riesgos a la hora de viajar no aumentan de manera considerable por el hecho de estar solos, pero debemos tener en cuenta algunas recomendaciones básicas:

El primer objetivo es aprender algo sobre la cultura del lugar al que te diriges con la intención de no hacer nada que pueda enfadar a los lugareños. Ten cuidado, además, con llevar al descubierto objetos electrónicos o de valor como cámara de fotos, móvil, iPod, joyas…e infórmate de las zonas peligrosas de tu destino para evitar algún que otro disgusto. Otra opción si vas a dormir en habitaciones compartidas es disponer de un candado para mantener a salvo tu equipaje. Adicionalmente, si vas a realizar un viaje de larga duración o fuera de Europa puedes valorar la opción de contratar un seguro médico.

En segundo lugar, controla los horarios de llegada a tu destino debido a que si llegas de noche es posible que no cuentes con servicio de transporte disponible para llegar a tu alojamiento o tengas que esperar varias horas en la estación o aeropuerto.

Otro punto importante es que si no conoces en profundidad el idioma al que te vas a enfrentar en tu viaje, procura aprender las palabras básicas para poder guiarte y comunicarte (“Hola”, “¿cómo podría llegar a…?”, “prohibido”, “perdón” o “gracias” son algunos ejemplos).

Se recomienda llevar siempre algo de dinero en efectivo encima que puedas necesitar en caso de emergencia e informar a tus familiares y amigos de dónde te encuentras. Una buena herramienta para ello son las numerosas aplicaciones para móvil como Google Maps que señalan tu ubicación exacta en el mapa y te dan la posibilidad de enviarla a quien tú elijas.

Tampoco olvides llevar tu documentación personal en un lugar seguro y fácilmente accesible e incluso realizar copias que te serán muy útiles en caso de extravío de la original. Además, puedes portar una tarjeta con la dirección del sitio donde te alojas (preferiblemente en el idioma local) y un mapa en tu cartera o mochila. Además, hospédate en sitios recomendados (para ello, puedes consultar las opiniones de los usuarios en diferentes páginas web).

Por último, recuerda caminar por lugares transitados y evitar quedarte a solas a ciertas horas de la noche. Esto será tarea fácil si piensas pasar la mayoría de tu viaje visitando monumentos y espacios culturales e históricos. En cambio, si tu intención es salir por la noche ve con un grupo en el que te sientas seguro y arropado (¡y ten cuidado con el exceso de alcohol!).

VENTAJAS

Esa sensación de libertad e independencia que ansiamos tantas veces al estar encerrados en un círculo social determinado y, en la mayoría de los casos, invariable (familiares, amigos, pareja…).

Contarás con la posibilidad de realizar un cambio repentino de planes sin tener que consultar con tus compañeros de viaje ya que, en este caso, eres tú mismo. Este es un punto relevante debido a que en diversas ocasiones nuestro comportamiento se encuentra influenciado por la opinión de los demás (¿quién no ha cedido alguna vez a hacer algunas actividades en las que no estaba interesado solo porque a algún amigo le apetecía llevarlas a cabo?). Imagina, ¡podrás estar en el sitio que te apetezca y el tiempo que desees, además de poder elegir el transporte para desplazarte que más te guste!

Te sorprenderá tu capacidad para adaptarte y desenvolverte en nuevas situaciones no tan cotidianas como a las que estabas acostumbrado/a anteriormente, lo que, además, reforzará tu autoestima y confianza en ti mismo, ¡todo en uno!

Aprenderás y reforzarás tu conocimiento de idiomas puesto que tendrás que relacionarte en la lengua del país que visites (o puedes recurrir al idioma universal por excelencia: el inglés) para realizar la reserva de tu lugar de alojamiento, adquirir tus billetes de tren, avión o autobús, comprar entradas para los diferentes monumentos que quieras visitar, y un largo etcétera.

Como ya habrás escuchado más de una vez, el ser humano es social por naturaleza, lo que te impulsará durante tu aventura a relacionarte con otras personas llegando a hacer amigos alucinantes de otras partes del mundo con diferentes culturas y aficiones.

Tendrás que saber lo que vas a hacer en todo momento, por lo que otra de las numerosas habilidades que desarrollarás será la organización y planificación de tus actividades con antelación. Además, es probable que al principio te cueste un poco si no estás acostumbrado y suele ser otra persona quien se encarga de ello a la hora de viajar.

Volverás a tu lugar de origen con energías renovadas y sintiéndote más seguro y fuerte que antes de partir.

Verás el mundo desde diferentes perspectivas. En diversas ocasiones,  cuando se presenta ante nosotros un problema nos centramos en abordarlo de una manera concreta y, al no hallar una solución, se genera en nosotros un estado de malestar. Sin embargo, viajar solo te ayudará a darle un giro de 180º a la hora de afrontar dificultades.

Encontrarás plaza rápidamente en cualquier excursión o transporte.

Viajar solo puede ser una forma excepcional de conocerte a ti mismo

DESVENTAJAS

En esta ocasión no contarás con tus padres para apoyarte económicamente, por lo que todos los gastos correrán de tu cuenta y deberás recordar reservar una pequeña parte de tu presupuesto para los posibles imprevistos. A esto se suma que en la mayoría de los hoteles y hostales sale más caro alojarte en habitaciones individuales que, por ejemplo, en dobles o triples.

Durante los primeros días, y hasta que logres adaptarte a la situación, te sentirás solo, perdido y con ganas de volver con los tuyos, aunque normalmente se trata solo una etapa transitoria.

Quizá te asalten preguntas como el qué dirán los demás al verte solo, por lo que deberás también aprender a dejar atrás estas inseguridades.

También es posible que te dé miedo viajar a ciertos países debido a que somos (y nos sentimos) más vulnerables cuando nos encontramos solos.

No tendrás ayuda cuando la necesites. Aunque este hecho puede parecer una ventaja si nos centramos en el desarrollo y crecimiento a nivel resolutivo, es cierto que si nos topamos con un problema grave en nuestro viaje (falta de dinero o algún problema de salud son algunos ejemplos) no podremos recurrir a nadie.

Puede que el exceso de responsabilidad que requiere viajar en solitario te haga olvidar que debes disfrutar el viaje.

Si te apetece tener una foto en la que salgas tú y un bonito paisaje de fondo necesitarás recurrir a personas locales para ello, siendo posible que no te entiendan o que no sepan cómo funciona tu cámara o móvil.

Será necesario tomar medidas extra de seguridad.

No nos podemos olvidar de mencionar el aburrimiento, ese sentimiento que surgirá una vez hayas recorrido la ciudad de arriba abajo y no te queden más sitios turísticos que visitar.

¿Te has decidido a realizar un viaje en solitario tras leer este artículo? ¿Has hecho alguno con anterioridad y te apetece contarnos cómo fue tu experiencia o si repetirías? Estaremos encantados de leer vuestras respuestas en la sección de comentarios.