Si la comodidad en casa quieres gozar, un calentador eficaz debes comprar
Pasamos muchas horas en el hogar decidiendo los objetos que nos ayudarán con las actividades diarias, gastamos más al año en lavadoras, refrigeradores y otros electrodomésticos que en bebidas alcohólicas. Según una encuesta realizada, el gasto que hacemos en libros y compra de línea blanca es casi la misma, la cantidad supera los 3mil millones de dólares al año; mientras que el gasto anual en bebidas destiladas asciende a la mitad. Entre los bienes que se adquieren figuran las estufas de parafina para aquellas familias que viven en países donde las temperaturas suelen ser muy bajas.
En la época de invierno se acostumbra a recurrir a estas para calentar las habitaciones de la vivienda y descansar a gusto pese al denso ambiente. En ocasiones al recorrer los pasillos de una tienda nos topamos con estos artefactos y pensamos, entre otras tantas preguntas, ¿serán tan eficientes como algunos usuarios señalan o persisten los problemas de uso de combustible? Para dar respuesta debes conocer las ventajas y desventajas de las estufas de parafina que en el siguiente artículo presentamos.
Calor de hogar
Durante la mayor parte de la existencia humana, la cocina de los alimentos era desconocida así que generalmente la gente comía alimentos en el estado en que eran encontrados siendo toda una gran revelación el hecho de que lograron descubrir que el fuego podía ser controlado y usado para cocinarlos. Fue entonces cuando el fuego, esencialmente la energía solar almacenada en forma de madera, se convirtió el primer método de cocinar en el planeta.
Para comodidad y a medida que creció la población, la historia adoptó la palabra estufa para referirse al sistema de hornillas que desprenden vapor, utilizada comúnmente para señalar un local caldeado. En consecuencia, lo que hoy en día conocemos como invernadero, se le conocía hace cientos de años como estufa fría.
Posteriormente se nombró así al artefacto que funcionaba para calentar las superficies, mismo que se diferenció del utilizado en los hogares tradicionales que poseía fuego confinado en una superficie sellada producido por un material de obra que no se quemaba y que se esparcía directamente al ambiente.
Cuando esta nueva invención se adaptó para que funcionara en las cocinas de los hogares, en muchos países se asoció la palabra estufa con la cocina que habitualmente usamos, asociación bastante lógica ya que el fuego abierto utilizado anteriormente funcionaba solo como calentador de hogares y únicamente para casas de gran espacio como las estufas de parafina. Se consideraba que este mecanismo podía ser utilizado para ambos fines de manera simultánea: calentar el hogar y uso de la cocina.
Para el año 1617 aparece el primer libro que hablaba de las estufas y todo lo concerniente a ellas, el libro estaba publicado en alemán y fue obra de Franz Kessler, mismo que describe todos los principios de la calefacción que se utilizaron en Alemania para la época. Fueron mejorándose más que todo en el siglo XIX hasta la actualidad.
Novedoso diseño
Llegaron así las estufas de queroseno que permiten mantener un área caliente a un menor corte de energía, característica que les propició un éxito en el mercado por considerarse valiosos en caso de emergencia y para prepararse por posibles desastres.
Estos calentadores utilizan un combustible que es muy eficiente enérgicamente, permite entonces que se produzca una cantidad significativa de calor a partir de poca cantidad de combustible, en contraste con otras fuentes de calor tales como la madera o el carbón.
El uso de una estufa de parafina permite dar calor a áreas diferentes, puedes mantener una habitación más cálida sin aumentar la temperatura de las demás habitaciones ahorrando energía y por ende dinero.
Debido a que los calentadores de queroseno queman de manera muy eficiente generalmente son seguros en interiores, sin embargo como medida de precaución es recomendable ventilar las estancias que se están calentado para permitir que haya siempre un flujo de aire fresco para facilitar la renovación del mismo.
Ahora bien, se ha utilizado el queroseno como fuente de calor durante décadas ¿pero sabes qué es? Sencillo, la parafina o el queroseno en grado K-1 proporciona combustible limpio, siendo uno de los primeros aceites combustibles fósiles destilado.
Aunque fue perdiendo importancia tras la aparición de la calefacción eléctrica, en muchos hogares de algunos países en vías de desarrollo aun dependen del queroseno en necesidades básicas como la iluminación, la cocina y por supuesto en las estufas de parafina. En el caso de los países desarrollados, los aparatos que trabajan con queroseno proporcionan un respaldo considerable cuando ocurren fallas en la red eléctrica.
Tanto las lámparas de queroseno como los calentadores solo necesitarán de una chispa o un fósforo para encender, estos sistemas básicos funcionan sin conexión eléctrica.
La mayoría de estos aparatos se ajustan manualmente, limitando de cierta forma su conveniencia, pero con la garantía de que funcionan cuando más los necesitas. Las mechas requieren un tiempo para encenderse y además, hacer humo cuando son nuevas, pero luego queman limpiamente.
Quienes opten por la compra de estufas de parafina deben ventilar la zona dónde se utiliza ya que expulsa subproductos de la combustión, como el monóxido de carbono, que podría acumularse en espacios cerrados.
La parafina debe estar almacenada en un recipiente de plástico o bien sea de metal que esté debidamente sellado, no necesita aditivos especiales para preservar su calidad y las estimaciones de vida, siempre y cuando cumpla con un buen almacenamiento, varía de uno a cinco años.
Como se evapora lentamente no llena el aire de vapores explosivos, así que siguiendo las directrices con respecto a la ventilación se garantiza la seguridad de las estufas durante el uso en el hogar.
Material resistente que perdura en la historia
Desde los inicios la humanidad buscó maneras de conservar sus alimentos, por ejemplo Alejandro ordenó se construyeran cámaras subterráneas para evitar quedarse sin suministros durante la época de guerras; sin embargo para llegar a los refrigeradores caseros que conocemos, las máquinas para enfriar atravesaron diversas fases.
Igual ocurrió con las estufas de parafina, partiendo de los calentadores de mampostería que fueron desarrollados para permitir la combustión completa mediante la quema de combustibles sin restricción de la entrada de aire. Debido a su gran masa térmica, el calor que se logra capturar se irradia durante mucho tiempo sin necesidad de una cocción constante, de mismo modo la temperatura de la superficie generalmente no es peligrosa al contacto.
Por su parte las estufas de metal comenzaron a utilizarse en el siglo XVIII popularizadas tras la aparición de la estufa Franklin, que se dice fue inventada por Benjamin Franklin en el año 1742. El famoso artefacto tenía una trayectoria en forma de laberinto para facilitar el escape de los gases calientes permitiendo que el calor entrara en una habitación en lugar de salir por la chimenea.
En el siglo XXI Benjamin Thompson estuvo a punto de ser el primero en presentar una estufa de metal pero su trabajo sería como cocina, llamada Rumford usaba un solo fuego que calentaba varias ollas que a su vez colgaban en agujeros para que se pudieran calentar por los lados. Lo más impresionante para la época es que fue posible regular el calor individualmente para cada agujero, idea que se perfeccionó para grandes cocinas de comedor o de castillo.
En la historia de las estufas de parafina, sin duda la primera en conocerse fue la estufa Primus, una de las mayores invenciones en el mundo. La primera estufa de queroseno, o lo que es igual parafina, fue desarrollada en 1892 por un mecánico llamado Frans Wilhelm Lindqvist quien se basó en el soplete de mano para su diseño cubriendo el quemador que giraba hacia arriba en la estufa en lugar de hacerlo afuera como en el caso habitual.
Ese mismo año, Lindqvist se asoció con Johan Viktor Svenson estableciendo J.V. Svenson’s Kerosene Stove Factory donde se fabricaron nuevas estufas bajo el nombre de Primus que tras el primer modelo fueron seguidas rápidamente por muchas otras variando en modelos y tamaños. Poco tiempo después, B.A. Hjorth & Co, que cambió su nombre a Bahco, adquirió los derechos exclusivos para venderlas.
La eficiente estufa ganó la reputación de ser confiable y duradera, funcionando especialmente bajo condiciones adversas, elegida incluso en expediciones al Polo Sur de Roald Amundsen y la del Polo Norte de Richard Byrd.
Las estufas Primus también acompañaron a George Mallory y Andrew Irvine al Monte Everest en 1924, dos alpinistas británicos con experiencia que formaban parte del grupo que intentó subir la montaña por tercera vez.
El 7 de Junio de ese año Malllory e Irvine junto con cuatro portadores, lograron alcanzar el Campo VI a 8230 m pero fue al siguiente día cuando los dos aventureros se dispusieron a conquistar el Everest llegando a solo 225 m. de la cima.
Después de 2 horas empezó a nevar intensamente, razón por la que se les perdió la pista a Mallory e Irvine, se asumió que los dos habían muerto al siguiente día.
Mallory con 37 años e Irvine de 22 fueron noticia en el Reino Unido tratándose de héroes; fue en 1999 donde en una expedición al Everest se planteó la búsqueda de pruebas sobre si ellos habían conseguido subir o no, de especial interés la cámara de fotos que Mallory llevaba consigo, sin embargo se encontraron fue con su cuerpo que yacía boca abajo con dos lesiones que causaron su muerte: pierna rota y herida en el cráneo.
Se dice que Mallory llevaba una foto de su mujer, Ruth, para dejarla en la cima del Everest y no estaba entre sus pertenencias.
Así también estas estufas de parafina estuvieron presentes en la, sí exitosa, expedición de Tenzing y Hillary en 1953. Con el paso de los años muchas otras compañías también comenzaron a fabricar estufas portátiles de un diseño muy similar al Primus, dicho estilo genéricamente se adoptó y la estufa “Primus” pasó a ser, independientemente del fabricante, un modelo común.
¡Sencillo sistema!
Muchas personas eligen usar estufas de parafina ya que son una alternativa más adecuada a otros tipos de calentadores, si tienes un garaje grande, por ejemplo, y no cuentas con enchufe para el suministro eléctrico, posiblemente la mejor opción es un calefactor de queroseno.
Esta solución rápida e instantánea también le ahorraría el gasto de la electricidad, así también es ideal para usar en medio de un corte de electricidad disfrutando de un espacio cálido aunque la temperatura del ambiente sea baja.
Es primordial conocer cómo funciona, tal cual como si la compra estuviese realizada, por ello te contamos que un calentador de queroseno se caracteriza por estar siempre en funcionamiento en el centro del artefacto, producto de la combustión primaria que ocurre.
Para que el queroseno se encienda, posee una bujía especial que permite se vaporice y luego comience a crear llamas para posteriormente quemarse. Es así como se genera el calor que puede regularse con un control mecánico integrado para aumentar o disminuir la cantidad de aire que entra en la base.
Característicamente cuenta con una mecha de forma circular, compuesta de algodón o, en otros casos, fibra de vidrio. Están diseñados para calentar áreas grandes que a menudo se acompañan de un ventilador que disperse el calor más afuera en la habitación en la que se encuentren. Fácilmente bajando la mecha fuera del quemador conseguimos que se apague el calentador, y en consecuencia apagamos la llama.
Un sistema de calefacción silencioso, que no necesita instalación y con apenas algo de mantenimiento funciona eficientemente, así son las estufas de parafina que entre sus ventajas destacan que son portátiles y calientan rápido la estancia donde se decidan colocar.
Tipos de estufas de parafina
Podemos distinguir básicamente dos clases según el tipo de encendido, las de mecha que anteriormente se explicó la dependencia de su funcionamiento del combustible, y las eléctricas, que van conectadas a la red eléctrica proporcionando mayor potencia.
La estufa de parafina electrónica se basa en la programación de su funcionamiento indicando la temperatura y el tiempo que deseas emita calor, además en el mercado se incluyen modelos que cuentan con un sistema para impedir que los niños accionen algún botón en medio de juegos, ya que ante cualquier presión brusca las teclas inmediatamente se bloquean.
Junto con el punto anterior, esta opción es la predilecta de muchas amas de casa porque tienen quemadores con capacidad autolimpiable.
Las estufas de parafina son seguras y están recomendadas para espacios de hasta unos cincuenta metros cuadrados en función del modelo y la potencia, podrías combinar los muebles que ya tienes con tu nuevo artefacto del hogar ya que en el mercado encontrarás variedad que se adapte a tus gustos y preferencias.
Debido a los gases que emiten, no suelen usarse en dormitorios ni espacios con poca ventilación pese a que tienen incorporadas medidas de seguridad inteligentes como función antivuelco y sensores especiales que detectan el nivel de CO2 en el ambiente.
Los trabajos de mejoras en la fabricación hicieron posible la diseñar una estufa que convierte la parafina liquida en gas, el compuesto en ese estado opera la combustión lo que a su vez genera menos liberación de monóxido de carbono al ambiente. La calefacción en la casa funcionará en solo minutos, con un muy alto rendimiento y mejor economía.
El gasto se ven claramente reducido porque consume muy poca corriente que es únicamente la que requiere el ventilador(25 watts máximo) y la parafina tiene una autonomía de 12 a 60 horas por litro, evidentemente depende de la temperatura a la cual programe su uso.
Construida con altos estándares de seguridad, es casi imposible que ocasione algún incendio en su domicilio, porque los sistemas apagan la estufa si se origina un sobrecalentamiento por falta de mantenimiento, insuficiencia de oxígeno en el ambiente, ante cualquier golpe y su uso por encima de 1000 metros de altura sobre el nivel del mar.
Las estufas de parafina laser brindan tecnología y confort pero es imprescindible el mantenimiento a los estanques en algunos de los centros de servicios especializados, el producto tiende a ser dependiente a ello porque la parafina viene contaminada con agua y mugre siendo necesario la filtración antes de usarla.
¿Cómo debe usarse?
Todos como compradores tenemos el derecho de pedir una garantía ante fallas porque dicho documento nos brinda la reparación gratuita, cambio por otro artículo y devolución del dinero, esto es tan importante como leer el manual de instrucciones aunque eso es algo que no se nos da muy bien.
De los equipos en casa, ¿con cuales te has tomado el tiempo de leer las instrucciones y advertencias que están detalladas en el manual? Ese que obviamos por la emoción de remover los plásticos del bien que adquirimos.
En caso de que compres algunos de los modelos de estufas de parafina que no traiga un manual de uso, será imprescindible consultar con el vendedor sobre su funcionamiento para evitar una mala manipulación que pueda ocasionar graves daños.
Te sugerimos guardar el envase original y el embalaje por un tiempo, ya que en caso de fallas, deberá devolverse el aparato con todas las piezas. El combustible puede comprarse en ferreterías o, dependiendo de la región en la que resides, puedes dirigirte a las estaciones de servicio y solicitar su venta; recuerda mantenerlo lejos de los niños en casa y en lugares frescos.
Reiteramos que las estufas de parafina deben ubicarse en sitios ventilados para que la combustión no se dirija directamente a quienes ocupan la vivienda, es vital no dormir con la estufa encendida y ésta debe vigilarse constantemente ya que cuenta con un combustible muy inflamable.
La llama se produce gracias a la mecha que está empapada de parafina que en contacto con la resistencia se prenderá cuando acciones el botón de encendido, si es eléctrica, y generará la llama que irradia el calor; al llenar el depósito con el combustible déjalo lleno 30 minutos antes proceder a encenderla para que se empape totalmente la mecha.
Al final de la temporada fría en la que más uso se le da a la estufas de parafina, es necesario darle mantenimiento a la mecha dejando quemar toda la parafina que reste hasta que la estufa se pare por sí sola.
Con esto se consigue que la mecha quede seca evitando que se endurezca con el paso de los días, si esto ocurre supondría tener que cambiarla para garantizar que encienda nuevamente.
En el caso de hacerlo, se venden los recambios y lo puede hacer el usuario sin problema alguno accediendo a la parte interna de la estufa donde se encuentra la pieza, para ello hay que desmontar la carcasa.
Producto térmico ecológico
La primera estufa de gas fue un proyecto de Zachaus Winzler en 1802, pero ésta junto con otros intentos, fue un experimento aislado. Por su parte James Sharp patentó una estufa de gas en Inglaterra para 1826 y abrió luego una fábrica de estas en 1836.
Los distintos avances que surgieron en ambos tipos de calefacción, incluyendo las estufas de parafina, se basaron en la reducción de dependencia del combustible y la comodidad de los usuarios dejando de lado el tema de la contaminación ambiental, problema que se agudizó por la constante emisión de gases como dióxido de carbono a la atmosfera.
Para contrarrestar los efectos han sido muchas las campañas para concientizar a la población del uso racional de los automóviles y los electrodomésticos.
A su vez se apuesta a la utilización de las energías renovables como una de las mejores opciones para sustituir la electricidad que se requiere, por ejemplo, para calentar un hogar.
La calefacción bajo este sistema usa la energía solar por medio de la instalación de paneles y acumuladores solares en la superficie de la casa que capten la energía. Es posible calentar una casa utilizando tan solo un sistema autónomo de más de 10 metros cuadrado de paneles con circuitos de tuberías por las que discurre el agua caliente.
Las paredes o el suelo deben ser de materiales como cerámica o cemento que transmiten bien el calor, esta calefacción es muy ecológica ya que no produce residuos y fácilmente puede extenderse por todo el espacio establecido.
La instalación es el punto que mayormente trae dudas a las personas que desean recurrir a este sistema, lo que deben tener en cuenta es que dependerá de las características de la habitación pero no es mucho más complicada que la de los sistemas de aire acondicionado que habitualmente se instalan.
Por otro lado encontramos los pellets que son materiales provenientes de trozos de viruta o serrín sobrantes de distintas industrias que luego de secarse, triturarse y prensarse resultan piezas muy compactas de gran poder calorífico.
Podríamos decir se comparan con la energía solar concentrada así que estos pellets se utilizan como calefacción para el hogar con la ventaja con respecto a las habituales, que aparte de calentar rápidamente, emite mucho menos CO2.
Las calderas en las que se queman necesitan unos tubos para la liberación del humo que se controla por medio de sistemas electrónicos. Podría acompañarse con paneles solares que posibilita además la obtención de agua caliente en el hogar.
Todos estos sistemas de calefacción cuentan con una serie de ventajas e inconvenientes y las estufas de parafina no son la excepción, por lo que a continuación las presentamos.
VENTAJAS
Seguridad. La idea generalizada que se tiene sobre las estufas de parafina, así con las de butano, es que pueden ser peligrosas dado que por una mala combustión se pueden propagar gases tóxicos incrementando el riesgo de incendio. Esta imagen no debería aplicarse, hoy en día las estufas de queroseno tipo electrónicas están diseñadas con una gran tecnología que las hacen ser uno de los aparatos que irradia calor más seguros en el mercado.
Durabilidad. A diferencia de cualquier otro tipo de estufas, las estufas de queroseno están hechas de un material resistente que impide que las averías causadas por golpes afecten el funcionamiento normal del artefacto.
Rentable. Es mucho más económico que comprar gas en caso de que poseas una casa muy grande dándote el lujo de tener todo el día de poder tener las estufas de parafina prendida con apenas poca humedad, favoreciendo la rápida sensación de calor que con otros modelos tardarían mucho más tiempo.
Calientan de inmediato. Una queja común de los residentes de zonas frías es que al llegar a casa, encienden la calefacción y tardan mucho en recibir el ambiente cálido que tanto necesitan, pero satisfactoriamente esto no ocurre con las estufas de parafina puesto que tiene la gran ventaja de que calienta muy rápido el espacio donde esté, apenas hay que esperar unos pocos minutos. La corta espera a su vez se mezcla con la larga duración del calor gracias al alto rendimiento de combustión.
Programación. Si necesitas salir y requieres tener la casa en temperatura agradable a tu llegada, con las estufas de queroseno electrónicas podrás establecer la hora con el temporizador para que empiece a funcionar, incluyendo que puedes elegir la temperatura que gustes.
Comodidad. Este aparato lo podemos trasladar de una habitación a otra sin preocuparnos por su peso porque es ligero haciendo que sea fácil de transportar con tan solo empujar la estufa suavemente. No necesita instalación por parte de técnicos calificados, contarás con básico encendido de la mecha o el enchufe para recargar la batería que lleva incorporada para que encienda cuando lo necesites.
Sofisticadas. Las estufas de parafina son una opción portátil permitiendo que se adapte en cualquier habitación sin que dañe la armonía de la misma porque en el mercado descubrirás cientos de modelos que vayan acorde al estilo de tu hogar.
DESVENTAJAS
Limitaciones. Es recomendable particularmente para espacios ventilados, a ello se suma que no puede utilizarse en la habitación por la noche porque el queroseno es un combustible que desprende olor especialmente en la etapa de encendido. Pese a que cuenta con sistemas de seguridad es vital vigilar que no desprenda gases más de lo normal y mantener muy bien ventilada la vivienda.
Energía. Las estufas eléctricas no emiten gases ni humos, pero si consumen bastante electricidad que con el aumento continuo del precio del servicio hace que replanteemos su compra, aunque una alternativa son las estufas eléctricas de bajo consumo.
Dificultad con el combustible. En la época de invierno muchas familias recurren a las estaciones de servicios y tiendas en busca de queroseno para alimentar lámparas que trabajan con este combustible y los sistemas de calefacción. En localidades pequeñas donde el suministro sea poco, puede resultar complicado hallar el compuesto.
Constante llenado. Aunque parezca ser cosa simple, es posible que el proceso habitual en el que hay que recargar parafina en la estufa se convierta en una rutina tediosa que no siempre pueda ejecutarse por falta de tiempo. Además se prevé que el dinero invertido influye en la decisión de optar por otro sistema de calefacción.
¿Qué estufa prefieres en casa? ¿Considerarías la compra de la que emplea parafina? ¿Dudas de la seguridad que aporta y que es lo que te detiene para adquirirla? Deja tu opinión en los comentarios, siempre es un placer poder leer tus mensajes e interactuar contigo.