Nadar con delfines se ha convertido en un hobby cada vez más habitual en la población. Cada vez más personas se aventuran a probarlo incluyéndolo en sus actividades para realizar durante un viaje. ¿Qué es lo que nos llama tanto la atención de estos inteligentes y amistosos mamíferos marinos?
¿CÓMO SON LOS DELFINES? DESCUBRAMOS ALGUNAS DE SUS CARACTERÍSTICAS
Estos animales acuáticos tan sociables son considerados por muchos como los seres vivos más inteligentes (cosa que no es de extrañar, pues su corteza cerebral se encuentra altamente desarrollada) y carismáticos del planeta por detrás de los humanos. Además, son los únicos mamíferos que se aparean por placer, y no solamente por la necesidad de reproducirse, y tienen un lenguaje propio para comunicarse, basado en la emisión de una amplia gama de sonidos en forma de ráfagas de impulsos sonoros necesarios para conocer su localización.
Estos cetáceos tienen como costumbre establecer fuertes lazos entre ellos e incluso cuidar y proteger a otros miembros de su especie que se encuentren heridos o enfermos. Incluso, el los delfines mulares se ha detectado que cada individuo se encuentra asociado a un silbido diferente, como si tuvieran cada uno un nombre propio. Es posible que estos parecidos con los humanos sean las causas que les permitan establecer una relación amistosa con nuestra especie.
Otra característica de los delfines es que se mueven por el océano en grupos numerosos y tienen hábitos nocturnos, momento idóneo que aprovechan para cazar y alimentarse. Más tarde, durante las horas de luz se retiran a lagunas con el objetivo de descansar.
Pueden vivir hasta 30 años los machos y 40 las hembras. Más aún, su periodo de gestación varía según la especie, situándose entre 11 y 17 meses.
¿Sabías que un delfín macho llegó a nadar a 55,5 km/h y se encuentra registrado en el Libro Guinnes de los Récords? Normalmente se mueven a una velocidad de entre 5 y 10 km/h, aunque cuando aceleran alcanzan velocidades de entre 35 y 50 km/h.
¿QUÉ COMEN LOS DELFINES?
Su dieta se basa principalmente en el consumo de peces y moluscos. Sin embargo, a veces buscan calamares, cangrejos, pulpos u otros animales de pequeño tamaño. Un dato interesante es que, aunque cuentan con numerosos dientes, ¡no mastican su comida! Si nosotros lo intentásemos seguro que acabaríamos en urgencias. Los delfines no permanecen en la misma zona mucho tiempo pues, al moverse en manadas, si lo hicieran su comida se terminaría rápidamente, por lo que migran y vuelven al mismo lugar de manera periódica, cuando la naturaleza ha conseguido generar más alimento para ellos. Aún más curioso es que no necesitan beber agua (y no, no es porque traguen agua salada) porque la obtienen directamente de su alimento.
¿POR QUÉ SALTAN LOS DELFINES?
Hay muchas teorías al respecto, aunque no se ha encontrado una respuesta científica concreta. Algunas de ellas son que lo hacen por ahorrar energía, ya que viajar por el aire requiere menos esfuerzo que hacerlo por el agua o que intentan avistar aves como gaviotas que les indiquen la presencia de alimento en lugares cercanos. Asimismo, realizan esta práctica para respirar (recordemos que, al fin y al cabo, también son mamíferos), coger velocidad y señalar dónde se encuentra el alimento a otros delfines.
¿DÓNDE PODEMOS ENCONTRAR DELFINES?
Existen diferentes especies de delfines, algunos de ellos viven en las zonas templadas y tropicales del Océano Atlántico mientras que otros lo hacen en el río Amazonas. Entre las 34 especies que existen consiguen habitan todos los océanos del planeta.
¿QUÉ ES LA DELFINOTERAPIA (O TERAPIA ASISTIDA CON DELFINES)?
Se trata de un tipo de terapia en la que se busca obtener beneficios psicológicos (enfocados a la reducción de estrés y ansiedad, el incremento de la autoestima y la motivación o la fomentación de habilidades comunicativas) y fisiológicos (normalmente relacionadas con la motricidad, el fortalecimiento del sistema inmunológico y la sincronización de los ritmos circadianos encargados de la regulación del sueño) así como trastornos como el autismo o el déficit de atención y algunas enfermedades como el Síndrome de Down o epilepsia a través de establecer una relación entre la persona y un delfín en un medio lo más próximo posible a su hábitat natural.
Esta práctica se realiza mediante baños de contacto, juegos, ejercicios y caricias entre el paciente y el delfín entrenado guiados por un especialista que tranquiliza y proporciona seguridad y confianza al paciente.
Los efectos se perciben desde el primer día y se conservan aproximadamente hasta 6 meses después de la sesión. Se pueden tomar tantas sesiones como se desee y cada cuanto tiempo decida uno mismo. Cabe destacar que ésta es una terapia alternativa y complementaria que no debe sustituir al tratamiento ni los cuidados recibidos en un centro médico.
¿DÓNDE PODEMOS NADAR CON DELFINES?
Algunos sitios donde tenemos la oportunidad de nadar con estos apasionantes seres, ya sea en su hábitat natural y visitando parques que los alberguen en cautiverio, son México, Florida, Hawaii, las Bahamas, Australia, España, Portugal, Jamaica, Dubai, Cuba y la República Dominicana entre muchos otros países.
VENTAJAS
Las ondas ultrasónicas emitidas por los delfines generan una liberación de endorfinas en nuestro organismo que favorecen la conexión entre neuronas e incentiva el correcto funcionamiento de ambos hemisferios del cerebro produciendo una paz y relajación similares a la que se consigue realizando una sesión de meditación.
Es una manera divertida y totalmente fuera de lo normal de relajarse.
En mujeres embarazadas se estimula el sistema nervioso del bebé y reduce las molestias generadas por el propio embarazo.
Mejoras a nivel intelectual, conductual, de aprendizaje y memoria, sobre todo en los más pequeños.
Proporciona beneficios en personas que hayan sufrido un accidente cerebrovascular.
DESVENTAJAS
En la naturaleza, los delfines pueden nadar hasta 60 millas cada día. No obstante, cuando son mantenidos en cautividad se encuentran confinados en piscinas donde les resulta dificultoso mantener una actividad física adecuada
Si estos mamíferos no son atendidos de manera adecuada pueden adquirir enfermedades que más tarde transmitirán a los turistas como infecciones virales y bacterianas.
Estos animales son especialmente tranquilos y mansos pero, si no se les trata con cuidado pueden volverse en tu contra pegándote un buen mordisco.
El método más común para llevar a cabo su entrenamiento es privarlos de su alimento o aislarlos.
Pueden padecer quemaduras de piel y ojos debido al cloro que se utiliza para mantener el agua de sus piscinas. Además, también pueden sufrir insolaciones debido a que no pueden sumergirse a gran profundidad ni cuentan con elementos que proporcionen sombra, quedando expuestos de forma constante a los rayos ultravioleta.
Nadar con ellos puede significar la interrupción de su descanso (consecuencia más común si se nada junto a delfines que se encuentran en libertad)
Los delfines en cautividad tienen una alta tasa de mortalidad, por lo que el número de ejemplares mantenidos en estas condiciones resulta insuficiente para mantener una industria creciente en un delfinario. Por ello se recurre a capturas de cetáceos salvajes, es decir, son arrancados de su hábitat. Para atraparlos se les aísla del grupo, que genera en ellos depresión y sensación de debilidad, y se les dirige a un lugar determinado en el que la marea permita capturarlos fácilmente.
Una vez los delfines han conocido todos los rincones de su nuevo hogar, dejan de utilizar sus ondas sonoras, pues ya no tienen nada nuevo que descubrir. Además, éste rebota en las paredes de la piscina y afectan a sus umbrales de percepción (recordemos que están acostumbrados a vivir en un entorno abierto donde no encuentran barreras artificiales), lo que provoca que sufran choques contra las paredes y resulten heridos accidentalmente.
Y a ti, ¿Te gustaría nadar con delfines? ¿Te apasionan estos entrañables animales y querrías conocerlos más de cerca?