¿Bendición inesperada o consecuencia de la irresponsabilidad?
La maternidad funciona de forma diferente para cada mujer, algunas lo ven como el sueño anhelado y otras le huyen como si de la maldición de un gitano se tratara.
Aunque a priori, se considere como un tema controversial hace falta indagar más en lo que significa ser una madre joven, hoy en día cuando temas como la legalización del aborto son cada vez más recurrentes, es necesario mostrar la otra cara de la moneda.
¿Realmente es un error tener un hijo cuando aún se es muy joven?
Madre joven, la mujer del siglo 21
En la actualidad vivimos en una época donde la mujer juega un rol cada vez más importante en la sociedad, muy atrás han quedado esas eras de oscurantismo en los que la mujer vivía para servir y se le consideraba por debajo de cualquier hombre, sin importar clase social, nivel intelectual o cualquier otro escaño de mérito.
Hoy en día es común ver mujeres en el ámbito de la política, los negocios, deportes y cualquier otro espacio donde solo el hombre tenía presencia, a pesar de que esto resulta gratificante no deja de ser extraño el hecho de que la mujer se ha ido apartando de su rol como madre.
Desde el momento en que la revolución femenina llevó a cada mujer a buscar su verdadero lugar en el mundo y la sociedad hemos sido testigos silenciosos de una disminución significativa en el número de mujeres que se convierten en madres jóvenes.
Antes de proseguir hay que dejar en claro que no es lo mismo una madre joven a una adolescente que ha sufrido un embarazo precoz.
En el caso de la madre joven, es la mujer quien planifica y tiene total control sobre su embarazo, se prepara desde el momento en que concibe la idea de traer al mundo a su hijo.
Por el contrario, la adolescente que sufre con el embarazo precoz está a la merced de lo que pueda ocurrir tanto con ella como con su hijo nonato.
Tristemente en la mayoría de los casos estos embarazos no deseados tienen un trasfondo difícil, y esconden una historia triste, abusos, excesos, o simplemente la consecuencia de un acto que resultaba desconocido.
Pero las mujeres, en su mayoría, ya no sueñan con ser madre a una edad temprana.
Al menos eso es lo que indica un estudio reciente elaborado por la universidad de Minnesota, según el estudio donde se entrevistó a unas 100 mujeres, el 63% expresó que, de convertirse en madres, no lo harían hasta los 35 años o más (según el promedio) otro 20% indicó que ni siquiera se planteaban el hecho de quedar embarazadas, y solo el 17% restante respondió que estaban de acuerdo en tener hijos antes de los 30.
Madre joven, un gran reto
A pesar de que se trate de una elección voluntaria ser una madre joven no carece de retos y obstáculos. Dedicarse plenamente a esas pequeñas personitas a las que decidieron dar a luz se convierte en algunos casos en una misión difícil.
Tenemos que tomar en cuenta que el periodo entre los 25 y 35 años la mayoría de las mujeres busca conocer el mundo, viajar, asistir a fiestas o simplemente disfrutar.
Es entonces cuando el nacimiento del bebé cambia radicalmente ese estilo de vida al que la futura madre joven estaba acostumbrada, hay que cambiar la botella de alcohol por los biberones, los trajes de baño por los pañales, etc.
Sin embargo, esto no significa que la mujer que se convierte en madre joven se ha metido de lleno en una situación desafortunada, al contrario, estas mujeres confiesan que ningún dicho material puede equipararse con la felicidad que obtienen al saber que han dado vida.
Aquí es donde el reto comienza, una vez nacido el bebé la madre joven debe aprender a nivelar sus responsabilidades con el cuidado del bebé, tomando en cuenta que muchas de ellas trabajan, estudian, y en algunos casos deben hacer ambas cosas.
Sumado a esto existe la posibilidad de que no se cuente con la ayuda del padre, aunque las razones para que algo como esto ocurra son diversas, no deja de ser una posibilidad recurrente.
Es común ver a mujeres que contratan los servicios de una guardería, o en casos menos frecuentes, niñeras.
Todo esto con el fin de poder atender otras obligaciones que, aunque nunca tengan más prioridad que cuidar de sus hijos, son una parte importante de su día a día.
Por ejemplo, en países como Venezuela donde las leyes laborales dejan mucho que desear, es común que las madres jóvenes experimenten mayores dificultades a la hora de conseguir trabajo.
Los empleadores evitan de ser posible la contratación de mujeres con hijos por el hecho de que lo consideran una suerte de “contratiempo” a la hora de contar con la potencial empleada.
Casos como estos se viven a diario y no son más que una vil forma de discriminación para con aquellas mujeres que han tomado la decisión de convertirse en madres, una prueba inobjetable de los obstáculos que afrontan cada vez con mayor frecuencia estas mujeres.
Es de alabar el hecho de que una mujer decidida a convertirse en madre joven sea lo suficientemente madura como para afrontar sus retos laborales y académicos con la madurez suficiente como para saber que su elección estuvo respaldada en los del bienestar de su hijo.
Como se mencionó al principio de este artículo, en la actualidad el aborto se ha convertido de cierta forma en una “vía de escape” para aquellas mujeres que no logran aceptar la idea de la maternidad como un estilo de vida (aunque no siempre es el caso).
De la misma manera, también han surgido casos de mujeres quienes, a pesar de estar aterradas por el hecho de convertirse en madres jóvenes, han sabido sacar lo mejor de ellas para aceptar la situación como una nueva etapa en sus vidas, una llena de madurez y amor sincero por una pequeña personita que crece en su vientre.
El reloj biológico no se detiene
Es un hecho que todas las mujeres en algún momento de su vida se detienen a pensar en la maternidad, algunas buscándola de forma incesante y otras definiendo sus prioridades muy lejos de esta idea, de una u otra forma, todas sienten curiosidad por lo que implica dar a luz a una nueva vida.
A pesar de que la mujer empieza a ser capaz de embarazarse a partir de los 12 años (aproximadamente) no es sino hasta los 17/18 años cuando alcanza la madurez sexual adecuada para engendrar.
Recuerda, nos referimos a las madres jóvenes y no las adolescentes que sufren embarazos precoces, a pesar de que el principio es el mismo, estas adolescentes enfrentan mayores riesgos durante el periodo de gravidez dado que su organismo aún no está completamente desarrollado para llevar a cabo una labor de parto.
Partiendo de esta idea, una mujer promedio tiene un periodo de unos 17 años para dar a luz, es decir, entre los 18 y los 35 años de edad, tiempo después del cual un embarazo será considerado riesgoso y con altas probabilidades de traer problemas para la mujer al momento del parto.
Es normal que las mujeres que alcanzan la edad de 30 años y aún no hayan dado a luz sientan ansiedad, al menos aquellas que desean tener hijos.
Tomando en cuenta todo esto es fácil inferir que la edad para convertirse en madre es muy variable y dependerá siempre de cuales sean las prioridades que se haya trazado la mujer para aquel entonces, algunas prefieren terminar sus carreras educativas y conseguir un buen empleo que les asegure estabilidad económica, mientras que otras se encuentran a gusto con el hecho dedicarse de lleno a la maternidad antes de los 25 años.
Esto no representa de ninguna manera un promedio o estándar de regla en lo que a maternidad se refiere, por ejemplo, se tienen registros de mujeres que han quedado embarazadas cuando se encontraban en una edad que rondaba los 40 años y aun así fueron capaces de dar a luz.
Sin embargo, hay que recalcar que mientras más avanzada sea la edad de la mujer al quedar embarazada, mayores riesgos existirán al momento del trabajo de parto.
Para muchas puede ser un sueño, y para otras una maldición, está claro que cada mujer tiene una perspectiva diferente de lo que espera lograr con su vida, mientras algunas desean dedicarse plena y exclusivamente a ellas mismas, otras desean compartir todo su amor y cariño con sus hijos.
A continuación, te contaremos las ventajas y desventajas de ser una madre joven.
4 Ventajas de ser madre joven
1. No hace falta preocuparse por el avance del reloj biológico.
Ser madre antes de los 30 años implica que cuentas con un margen de tiempo de por lo menos 10 años, esto si estas decidida a tener más de un hijo.
2. Mayor energía para afrontar la maternidad.
Mientras más joven seas al momento de tener hijos contarás con mayor energía para atender a tu bebé, algo que necesitarás constantemente para mantener bien atendido a tu hijo.
La energía con la que contamos al ser jóvenes es uno de los apoyos principales para afrontar este reto.
3. Mayor adaptabilidad ante los cambios inesperados.
Ser madre te hace madurar tanto de forma física, mental y personal.
Si eres capaz de afrontar la maternidad, cualquier otro reto que se te presente, aún de forma inesperada no representará mayor problema pues estarás acostumbrada a las situaciones difíciles.
4. Experimentarás el verdadero amor.
Mucho se ha especulado acerca de las diversas clases del amor, desde el platónico hasta el sexual.
Sin embargo, en lo que todos coincidimos es que no existe un amor más grande como el de una madre por su hijo, eso es justamente lo que conseguirás de parte de tus hijos.
5 Desventajas de ser madre joven
1. El miedo.
Un sentimiento completamente natural y humano, sin embargo, no significa que deje de ser aterrador para ti hacerle frente a la idea de convertirte en madre.
Sobre todo, si es tu primer embarazo y te enfrentas a la inexperiencia.
2. Poco tiempo para ti.
Puedes llegar a sentir que el tiempo no te alcanza para nada, dado que tu hijo requerirá una enorme cantidad de cuidados y responsabilidad, es probable que todo el tiempo que dispongas deba ser única y exclusivamente para mantener bien atendido a tu bebé.
3. Dificultad para seguir estudiando.
Si eres de las madres que estudian, la maternidad puede tornarse difícil para ti. Compaginar tus responsabilidades académicas con la crianza de tu bebé puede requerir de esfuerzos inconmensurables.
4. Dificultad para la vida laboral.
Si eres de las madres que trabajan, al igual que con los estudios, la maternidad puede tornarse difícil para ti.
Compaginar tus responsabilidades laborales con la crianza de tu bebé puede requerir de esfuerzos inconmensurables, sin contar el hecho de que podrías ser víctima de discriminación laboral al considerarte un elemento poco útil por tu condición de maternidad.
5. Responsabilidades económicas.
Si por tu decisión, o por alguna otra circunstancia desafortunada no cuentas con ayuda del padre, las responsabilidades económicas que implica la manutención de un bebé pueden llegar a ponerte en un aprieto.
Es importante que tomes en cuenta la forma en la que dar a luz pueda afectar tu bolsillo, en especial en caso de no contar con trabajo o alguna suerte de estabilidad económica.
Y tu que opinas?
¿Sueñas con algún día criar a una personita que sea la mitad de ti, y la otra de la persona que amas? ¿Forma la maternidad parte de tu plan de vida? Por favor danos tu opinión acerca de este tema y comparte tus experiencias con nosotros en la caja de comentarios, estamos ansiosos de leerte y poder conversar contigo.