En el mundo actual no es extraño ver cientos de personas apasionadas por los deportes de riesgo. Existen muchos a los que realmente les encanta poder practicar actividades como el paracaidismo, el puénting, el descenso de barrancos o la escalada, muchas de ellas potencialmente peligrosas para la integridad de los que las practican.

Pero, ¿son todo peligros? ¿realmente son tan arriesgadas como pensamos? Hoy o hablamos en pros y contras de los deportes de riesgo ¿por qué tanta gente los adora de esa manera?

Seguro que conoces o has conocido a más de una persona que haya saltado en paracaídas o se haya tirado desde un puente, asegurado con una cuerda y un arnés, por supuesto.

No es de extrañar que al escuchar sus relatos y anécdotas sobre la experiencia muchos se muestren aterrados y les digan que son unos locos por hacer esas cosas. Pero ¿te has parado a pensar en los riesgos que corres en tu vida diaria? Solo con salir a la calle ya estás expuesto a eventos y situaciones potencialmente peligrosas y que ponen en riesgo tu vida.

Es lo típico que se dice en estos casos, muere más gente realizando actividades de su rutina diaria que practicando alguno de los denominados deportes extremos o deportes de riesgo.

La vida en sí es un peligro, si no párate un segundo a pensar en las veces que algún coche haya estado peligrosamente cerca de atropellarte a ti o a algún otro viandante que cruzase una carretera. También estamos en peligro cuando salimos de noche, pues no es raro que se den robos o agresiones en cualquier parte de las ciudades o poblaciones en las que habitamos.

Sin ir más lejos cada año se dan múltiples casos en los que ciudadanos fallecen o salen seriamente heridos porque se desprenda una teja de un tejado o se caiga una maceta u otro objeto desde un balcón o ventana.

De esta forma, vistos los peligros a los que nos exponemos a diario, parece que los deportes de riesgo ya no son tan desmesuradamente peligrosos en comparación con ir al trabajo o salir a tomar una cerveza con unos amigos cualquier día de nuestra vida habitual.

Los deportes de riesgo tienen demasiada mala fama entre la población general, aunque por suerte parece que en los últimos años el hecho de que se hayan popularizado de una forma tan brutal ha hecho que la mala prensa sobre ellos desciende en picado. De esta forma ya cuando a alguien le dices que practicas o tienes la intención de probarla escalada, por ejemplo, ya son pocos los que te dicen que estás loco por ello.

Pues este deporte, es decir, la escalada, ha pasado de ser visto como algo súper peligroso que solo hacía gente realmente entrenada y preparada para ello, a ser un deporte practicado por casi cualquier usuario, incluyendo niños de muy corta edad.

Estos cambios no han surgido de la nada, pues si miramos al pasado podremos entender las razones de que tanta gente tenga miedo a este tipo de deporte. Es fácil comprender que en el momento en el que aquellos ansiosos por nuevas y trepidantes aventuras se las ingeniaban para inventar nuevos deportes y pasatiempos, las medidas de seguridad quizás no eran las más adecuadas.

Incluso ha habido veces en las que al inicio de la práctica de actividades de alto riesgo esas medidas de seguridad brillaban por su ausencia, es decir, ni siquiera existían precauciones para evitar lesiones y accidentes, por ello eran actividades potencialmente mortales.

Por suerte, a día de hoy, la mayoría de los deportes de riesgo están muy controlados, y se han regulado de forma que sean realmente seguros. Normalmente existen empresas especializadas en cada uno de los deportes extremos o deportes de riesgo que podríamos practicar.

De esta forma, si queremos hacer descenso de barrancos podemos acudir a una empresa especializada en barranquismo y contratar una excursión o a un profesor experto en ello. Si hacemos eso nos estaremos cubriendo, ya que este tipo de empresas suelen estar muy controladas por las autoridades, las cuales están probando constantemente que lo hacen todo de la forma correcta y segura para los usuarios.

Estas empresas son sometidas a rigurosos controles e inspecciones para comprobar que la realización de las actividades que ofrecen se hace extremando las precauciones y utilizando los medios disponibles para hacerlas seguras.

Es por ello que, aunque nos pueda resultar engorroso o incómodo, si el monitor nos lo pide hemos de tener puestas las protecciones pertinentes, ya sea esta un casco, unas rodilleras, un arnés, unas gafas de seguridad o cualquier otro tipo de protector o vestimenta especial para la realización de la actividad en cuestión.

Si tomamos esas precauciones, así como tener en cuenta que a veces si las actividades se realizan al aire libre tendremos que estar sujetos a las condiciones meteorológicas, pues si estas condiciones son adversas tal vez tengamos que posponer esa sesión de escalada o ese salto en paracaídas.

Muchos no tienen en cuenta lo peligroso que puede ser hacer surf si las corrientes son muy fuertes, o rafting si ha diluviado y a causa de las lluvias torrenciales el río ha crecido y es peligroso salir a practicarlo.

Es en estas ocasiones, cuando las personas obvian esos condicionantes del medio, cuando se pueden producir los accidentes que luego trascienden a los medios y dan tanta mala fama a los deportes de riesgo.

También dan mala fama otros factores, como el hecho de que mucha gente se lanza a la práctica de deportes extremos sin tener en cuenta que para poder hacerlo de forma segura y adecuada necesitan prepararse previamente.

Es el caso del motocross, por ejemplo, pues claro, si una persona que no ha manejado una moto en su vida, o solo ha cogido un scooter alguna vez, decide montarse en una moto de trial, pues lógicamente no será lo mismo que si se trata de motoristas experimentados en el control de las dos ruedas.

Por ello, aunque nos parezca aburrido o algo poco agradable, sobre todo en ciertos deportes, el entrenamiento y la familiarización previa con la técnica es fundamental para el correcto desarrollo de esa actividad.

Por ello, aunque a veces nos pueda parecer un engorro tener que hacer una curso de iniciación al buceo o al kitesurf, esto es necesario para evitar que salgamos heridos, pero no solo nosotros, si no todos los que nos rodean o incluso aquellos que nos acompañan en la realización de los deportes de riesgo, pues muchas veces nuestra falta de conocimiento y malas prácticas pueden dañar seriamente a aquellos otros que ni siquiera estén participando en la actividad en cuestión.

Además, un dato interesante es que, si a muchos nos parece que deportes como la escalada o el barranquismo son dignos de ser catalogados como deportes de riesgo, puede que sea porque hayamos pasado por alto otras cosas.

Entre algunas de esas cosas está el hecho de que es raro aquel deporte de estos considerados como deportes de riesgo, que no tengan una de las llamadas versiones extremas.

De esta forma si por ejemplo el buceo implica unos determinados riesgos, si hablamos del buceo en cavernas estos riesgos se multiplican drásticamente. En el caso del esquí, por ejemplo, encontramos diversas modalidades, algunas de ellas realmente arriesgadas como el heli-esquí (esquí alpino que se accede por un helicóptero a zonas vírgenes fuera de pistas) o el esquí con parapente.

Cuando hablamos de paracaidismo, seguramente se nos venga a la mente el típico caso en el que la gente se apunta a una actividad dirigida por una empresa, pero existe una modalidad, llamada salto BASE, que consiste en lanzarse desde diferentes edificios de gran altura, sobre todo rascacielos.

Pero esto, además de ser extremadamente peligroso tanto para el que salta como para los demás ciudadanos, es ilegal, por lo que cuando estos saltadores son arrestados tienen que pagar cuantiosas multas, yendo incluso a prisión en algunos casos, aunque suele ser solo en caso de que sean reincidentes o hayan dañado a terceros.

De ahí la importancia de practicar estos deportes siguiendo las normativas vigentes y acudiendo a profesionales expertos que garanticen nuestra seguridad y la de todos aquellos ajenos a la práctica de estos deportes.

Pasando a otro tema completamente diferente encontramos las razones por las que la gente realiza deportes de riesgo, muchos de ellos deciden hacerlo simplemente porque sus amigos y familiares los convencen para ello. Esta razón a veces los hace pasar unas experiencias horribles, pues el miedo los lleva a pasar un mal rato y a no disfrutar de la realización de esas actividades.

En el otro extremo están aquellos que deciden participar voluntariamente, les llama mucho la atención este tipo de deportes, los deportes de riesgo, les gusta la sensación de peligro. Esto no es arbitrario, pues cuando estamos expuestos a una situación potencialmente peligrosa, en nuestro cuerpo se desencadenan una serie de reacciones que hacen que nos sintamos súper excitados.

Incluso se han dado casos en los que los participantes de deportes de alto riesgo han reportado que las sensaciones de placer experimentadas son comparables a aquellas que sienten cuando experimentan un orgasmo.

Es esa sensación de subidón la que hace que muchos sean denominados “adictos al riesgo” pues realmente son adictivos, pero adictos a la adrenalina que se genera cuando nos exponemos a un evento tan peligroso como lanzarnos al vacío solo protegidos por una fina cuerda, o cuando saltamos desde un avión a cientos de metros de altura, confiando en que el paracaídas se abrirá y caeremos en terreno seguro.

Pero esta adicción se ha podido explicar fácilmente teniendo en cuenta tres neurotransmisores fundamentales que se segregan cuando practicamos deportes en general, pero en dosis sensiblemente más altas en el caso de los deportes de riesgo.

De todos los neurotransmisores del cerebro, encontramos tres de ellos que destacan en el ámbito del ejercicio y la actividad física. Estos serían la denominada triada de la felicidad: la dopamina, la adrenalina y la serotonina

La adrenalina y la dopamina genera bienestar, felicidad. El cerebro segrega la dopamina cuando hay placer, en el caso de los deportes extremos tirarse desde una montaña, volar sin motor, descender por las aguas bravas de un río o en bici por una montaña a la que tienes que acceder con un remonte.

El problema es que nuestro cerebro se acostumbra a esas sensaciones, por eso estos deportistas necesitar cambiar de actividad y buscar nuevos retos.

Necesitan su dosis de dopamina, hay gente biológicamente predispuesta a liberar más dopamina como respuesta a un riesgo, eso es al menos lo que apuntan algunos científicos.

La adrenalina, todo lo contrario, a lo que se cree, es la sustancia que segregamos para evitar un peligro. Es la que hace que eches a correr cuando te acecha alguien que te quiere hacer daño, o la que genera la cebra cuando se acerca el león y tiene que huir.

En el deporte extremo ocurre lo mismo, solo que el cóctel con la dopamina es un placer para los ‘valientes’ que lo practican.

Por otra parte, la serotonina está implicada en la regulación del ciclo sueño-vigilia, por lo que se libera para mantenernos atentos en la práctica de los deportes extremos, cayendo cuando nos relajamos. Por eso, no es de extrañar que aquellos que han participado en experiencias arriesgadas luego sean capaces de dormir durante largo tiempo y de forma mu y reparadora.

A estas sensaciones placenteras hemos de sumarle otros puntos positivos a la práctica de deportes de riesgo. Uno de los más importantes es que, aunque casi todos estos deportes se pueden practicar en solitario, lo más habitual es que se trate de deportes que se realizan en grupos más o menos numerosos. Esto hace que muchos se animen a participar en este tipo de actividades, pues quizás si las hicieran en solitario sus temores pudieran con ellos y se echarían atrás en el último momento.

Estos grupos no solo están formados, como piensan algunos, por jóvenes intrépidos y temerarios, sino también por gente de todas las edades y condiciones físicas. Es decir, que ni la edad ni el estado de forma física son un impedimento, al menos no para todos los deportes de riesgo, aunque claro, algunos si que son más exclusivo debido a su alto nivel de exigencia y a la peligrosidad que implica practicarlos.

Incluso hay familias enteras, con niños incluidos, que se lanzan a probar este tipo de deportes ya que, si se hacen tomando las precauciones pertinentes, no resultan tan peligrosos y potencialmente dañinos como se podría pensar.

Uno de los inconvenientes de practicar deportes de riesgo es que has de dar con una buena empresa o profesional particular, que esté bien formado en la materia y tenga todos los seguros y demás papeles en regla. Esto, aunque pueda resultarnos poco relevante a priori, es fundamental para tener una buena y segura experiencia.

Claro que, si buscamos una buena empresa, seguramente esto implicará que las tarifas sean más altas que si hacemos las cosas por nuestra cuenta. Lo que por otra parte resulta casi imposible en deportes tales como el paracaidismo, pero si se nos ocurre, por ejemplo, hacer escalada por nuestra cuenta sin materiales adecuados, o con ellos, pero sin saber cómo usarlos correctamente, estaremos poniendo en serio riesgo nuestra propia supervivencia.

Como hemos mencionado, los deportes de riesgo no suelen ser baratos. Esto es así debido a varios factores que se combinan, haciendo que los precios lleguen a ser realmente elevados en algunos casos. El primero de ellos es que los deportes de riesgo están, indudablemente, de moda, siendo cada vez más y más aquellos que se deciden a participar.

Por otra parte, también son caros debido a los seguros y preparaciones que son necesarios para poder practicar deportes de riesgo de la forma reglada, y normalmente a causa de ello también más segura.

Otro factor que encarece la realización de estas actividades es que habitualmente se realizan en espacios naturales lejanos a los núcleos urbanos, lo que hace que sea necesario gastar un dinero en el transporte, además de tener que buscar la forma de llegar.

Normalmente las empresas ofrecen al menos información sobre las formas posibles de llegar a su ubicación donde se desarrollarán las actividades, o algunas incluso ponen el transporte ellas mismas, ya sea de forma gratuita (realmente porque está incluida en el precio presupuestado) o cobrando un extra a los participantes por llevarlos.

Por todas estas razones, si te sientes atraído a los deportes de riesgo, no les digas que no sin animarte a probar alguno de ellos. Elige el que te parezca más seguro y ya verás que una vez empieces ten encantará y te lanzarás a probar muchos de ellos. Lo único que tendrás que hacer es ponerte en buenas manos y elegir una buena entidad, que permita que realices las actividades deseadas de forma segura y agradable.

5 Ventajas de practicar deportes de riesgo

1. Los deportes de riesgos son divertidos:

Practicar un deporte de riesgo supone un gran reto para muchos, pero lo ven como algo que pueden superar y que por supuesto vana disfrutar, ya sea en solitario o acompañados por familiares o amigos.

2. La sensación es reconfortante:

No amigos no es una exageración, algunos comparan el practicar ciertas actividades o deportes extremos con las sensaciones producidas durante un orgasmo o con el consumo de sustancias psicotrópicas. Todo ello se explica por las sustancias liberadas en nuestro cerebro al realizar estos deportes de riesgo

3. Conoces gente con tus mismos gustos:

Con tantas personas practicando estos deportes de riesgo podemos realizarlos en grupos, ya sean de gente que ya conozcamos o ya completos desconocidos con los que compartamos esos momentos.

No es raro que de salidas a realizar deportes como la escalada o el barranquismo vuelvas, aparte de habiendo vivido unas sensaciones muy intensas y que te hayan gustado más o menos, con nuevos amigos con los que compartir tanto esta afición como cualquier otro pasatiempo.

4. Hay mucha variedad de deportes de riesgo:

Si quieres probar o practicar con asiduidad alguno de los conocidos como deportes de riesgo, desde luego el problema no va a ser que no tengas donde elegir.

Hoy en día ya no es solo que existan innumerables deportes por los que decantarnos, sino que además en cada uno de estos deportes se han desarrollado diferentes modalidades.

Esta ampliación en las variedades de un mismo deporte permite que, aunque supuestamente estemos practicando el mismo deporte, la experiencia nos parezca completamente diferente de una a otra modalidad.

Además, podemos elegir el deporte según nuestras preferencias, de nuestras capacidades físicas, de las condiciones ambientales, del medio en el que estamos, pues hay deportes de invierno, de verano, de montaña, de playa….

5. Una explosión de sensaciones:

Como hemos comentado, tanto antes como durante y posteriormente a la práctica de deportes de riesgo, en nuestro cerebro se segregan una serie de sustancias, denominadas neurotransmisores, que hacen que experimentemos diferentes sensaciones, todas ellas bastante intensas.

En el caso de la adrenalina esta actúa proporcionándonos sobre activación y energía. La dopamina nos hace experimentar placer y por ello disfrutamos tanto la experiencia. Mientras que la serotonina nos permite estar alerta y relajarnos placenteramente cuando el peligro haya pasado.

4 Desventajas de practicar deportes de riesgo

1. Puede ser peligroso:

Sin duda los deportes de riesgo pueden resultar bastante peligrosos, de ahí que reciban ese nombre.

Caídas, accidentes, fallos técnicos… muchas son las cosas que pueden salir mal durante la práctica de cualquiera de estos deportes.

Esto puede ocasionar a los usuarios lesiones y molestias de diferente gravedad, desde una leve torcedura en una muñeca o en un tobillo, a lesiones más graves como fracturas óseas, traumatismos craneoencefálicos o incluso accidentes mortales para la persona accidentada.

Por eso la práctica de deportes de riesgo no debe ser tomada a la ligera, debiendo extremar las precauciones y tomando las medidas de seguridad necesarias para una buena praxis, pues la seguridad nunca está de más.

2. Muchos miedos e inseguridades:

Miedo a las alturas, a la velocidad, a tener un accidente…muchos son los temores que acechan a aquellos que se plantean practicar deportes de riesgo.

Por eso es clave tener en cuenta que si no estás total y completamente convencido quizás sea mejor que no te lances de cabeza a hacerlo.

Con esto no quiere decir que no puedas saltar en paracaídas o hacer puénting si quieres hacerlo, pero tendrás que tener en cuenta que, si tienes pánico a las alturas seguro que vas a pasar un mal rato impresionante, aunque luego puedas vencer ese miedo   y quedarte con un buen recuerdo.

3. Los precios de los deportes de riesgos son altos:

Debido a varios factores, con el boom que ha habido en el sector, ya que indudablemente se trata de una de las actividades que más de moda se han puesto en los últimos años, o a los riesgos que entraña, practicar deportes de riesgo no suele ser barato.

Esto es comprensible debido a que las medidas de seguridad, así como las pólizas de seguros a los que empresas y participantes deben adscribirse obligatoriamente, hacen que realizar este tipo de deportes se encarezca sensiblemente.

Sin contar con que para poder hacer muchos de estos deportes de riesgo es imprescindible contar con material específico, el cual, si no disponemos de él, habrá o bien de comprarlo o bien alquilarlo.

4. En las afueras:

Algunos de los deportes pueden practicarse en interiores o -indoor-, como la escalada en rocódromo. Sin embargo, la mayoría de deportes de riesgo se practican en exteriores, montañas, playas, campo…

Esto supone que estaremos supeditados necesariamente a las condiciones climatológicas que se den en el momento en el que tenemos planeado realizar la actividad.

Por eso es bastante desagradable que justo coincida que cuando quieres hacer el deporte de riesgo en particular que tenías previsto las condiciones meteorológicas adversas te imposibiliten hacerlo.

Aun así, si estas condiciones no lo impiden seguramente la realización del mismo sea bastante menos agradable, y seguramente más incómoda, que si el tiempo estuviera bueno.

Otro inconveniente es que necesitaremos un coche u otro medio de transporte para poder llegar al lugar de realización del deporte de riesgo en cuestión.

¿Y tú qué opinas sobre los beneficios y los contra beneficios de practicar deportes de riesgo?

¿Has practicado algún deporte de riesgo? ¿Cuál tienes pendiente o te gustaría probar?