Alimentos, productos cosméticos, prendas de ropa o mercancía textil… la gama de productos ecológicos disponibles en el mercado actualmente es cada día más y más amplia, teniendo acceso a un gran surtido de opciones por las que decantarnos si decidimos que es la hora de cambiar nuestros hábitos como consumidores.
Pero, ¿Por qué decidirse por recurrir a productos ecológicos en lugar de otros similares que no sean tan bio? ¿Qué nos aportan estos artículos ecológicos frente a los otros? ¿Son todo ventajas?
Sin duda la mayor baza que juegan los comerciantes a la hora de realizar sus estrategias de venta y marketing en cuanto a promover el consumo de productos ecológicos es que estos son más sanos y no tienen las nocivas consecuencias que los productos tratados químicamente o de materiales artificiales pueden ocasionarnos.
¿Puede una manzana acabar con tu salud? Cuando consumimos alimentos que se han producido de una forma ecológica estamos ahorrando a nuestros cuerpos una gran cantidad de productos químicos que pueden llegar a ser increíblemente dañina.
Así, alimentos que en teoría son súper sanos, como frutas o verduras, pueden causarnos más de un quebradero de cabeza, ya que los fitoquímicos y pesticidas con los que son tratados pueden tener diversos efectos secundarios sobre los consumidores.
Estos efectos secundarios pueden ir desde un poco de malestar o algún trastorno intestinal, a enfermedades realmente serias y a veces mortales como los tumores o el cáncer.
Aunque esto dependerá de los químicos concretos empleados y la cantidad usada sin duda estaremos de acuerdo en que incorporar todas estas sustancias nocivas a nuestra dieta no es una muy buena idea si queremos mantenernos sanos.
Es esta la razón que lleva a tantas personas a decidirse por cambiar sus hábitos de consumo y decantarse por productos más sanos y naturales. Sin embargo, puede darse la circunstancia de que compremos un producto que teóricamente es ecológico cuando realmente sí que se han aplicado técnicas en su producción que son de todo menos ecológicas.
Por suerte las autoridades parece que han empezado a tomar medidas al respecto, haciendo unos controles más rigurosos sobre los procesos de producción de estos artículos para así poder asegurar a los usuarios que están adquiriendo un producto ecológico que realmente lo sea. Pues sin duda este timo no solo afecta a nuestros bolsillos, si no que puede tener consecuencias en la salud y conlleva diversos efectos secundarios indeseables.
Cuando hablamos de adquirir productos ecológicos sin duda a muchos nos vendrá a la cabeza el precio que hay que pagar por este tipo de mercancía. Si nos fijamos en las etiquetas y tarifas que supone comprar un producto ecológico no será muy raro que nos quedemos sorprendidos por lo elevado que es su precio.
Sobre todo, nos chocará ver la diferencia que hay entre productos ecológicos y aquellos otros que no lo son, pues estos últimos suelen ser sensiblemente más baratos.
Por ello hay tantos que dicen que, aunque les gustaría consumir productos ecológicos se encuentran en la tesitura de que pese a sus deseos de cambiar los productos más comerciales por estos productos ecológicos no pueden hacerlo debido a que su presupuesto no se lo permite.
Aunque estos precios pueden parecernos prohibitivos y exorbitantes deberíamos pararnos a pensar en el porqué de esas tarifas. A veces es cierto que estamos ante casos de inflación de los precios simplemente por cuestión de modas, es decir por aumentos en la demanda de esos artículos en particular.
Sin embargo, al hablar de productos obtenidos por medio de técnicas ecológicas ha de tenerse en consideración que normalmente al prescindir de producto artificiales o tratamientos químicos la producción suele ser bastante menor.
Es por ello que muchos productores explican que la causa de esos precios es que mientras que para producir miles y miles de toneladas de verduras o frutas usando pesticidas o plaguicidas no han de invertir más de lo necesario para la siembra y el mantenimiento.
En el caso de la producción de frutas y verduras ecológicas los agricultores han de prescindir de esos tratamientos químicos, por lo que los cultivos se encuentran a merced de plagas y enfermedades, que son las que se evitan por medio de estos fitoquímicos. Por ello las producciones ecológicas son más limitadas y además más costosas para los productores, de ahí que su precio en el mercado también sea mayor.
A la vez también hemos de mencionar que uno de los mayores hándicaps de adquirir productos ecológicos y naturales, que no han sido tratados con químicos que alarguen su vida útil, es frecuente que notemos que duran mucho menos que los otros en condiciones óptimas para el consumo, teniendo que comernos esa fruta o esa verdura tan sana y rica en un periodo de tiempo bastante breve si queremos evitar que se pudra.
También es cierto que muchas veces cuando compramos productos en el supermercado estos vienen del otro pico del mundo, por lo que probablemente un alto porcentaje del precio pagado se destina a los gastos de traslado, como cuando nos envían un paquete que hemos comprado por internet y hemos de pagar los gastos de envío.
Si por el contrario adquirimos productos que se han producido en nuestra localidad o en lugares cercanos esto supondrá un gran ahorro en el transporte, lo cual también puede repercutir en que los precios no sean demasiado diferentes, aunque estaremos adquiriendo un producto más sano y probablemente de mayor calidad. Aquí nos encontramos con los conocidos productos con denominación de origen, lo cual suele ser sinónimo de calidad y tradición.
Pero no solo en los alimentos se encuentran productos ecológicos, si nos vamos al mundo de la moda encontraremos marcas y firmas de ropa y complementos que se han sumado al carro de los artículos ecológicos, para ello normalmente recurren a fabricantes que usan materiales sostenibles y los métodos más adecuados para preservar las propiedades y beneficios de los mismos.
Uno de los factores que más daño hacen tanto en producción como en consumo es el uso de tintes que resultan abrasivos, famosos son los casos de las teñiduras que antiguamente eran las encargadas de aplicar los tintes a las telas, causándoles los vapores daños en la piel, los ojos y la salud en general.
Aunque hoy en día estos procesos son realizados por máquinas normalmente, las sustancias de estos tintes no dejan de ser nocivas tanto para el medio al que se vierten los excedentes, sobre todo si la empresa no cumple las medidas de protección medioambiental correspondientes, como para muchos usuarios, que son alérgicos a estos productos químicos, teniendo que dejar de usar en muchos casos esas prendas.
En adición muchas de estas empresas llevan a cabo un política sostenible en general, intentando reducir el impacto ecológico de la fabricación y a su vez implantando modelos de desarrollo sostenible, huyendo de la explotación de los recursos, y también de su personal, ya que uno de los problemas de las fábricas es que utilizan mano de obra barata y no tienen medidas de prevención de riesgos laborales, algo que normalmente estas otras empresas tienen una filosofía basada en el respeto, aunque esto suponga pagar algo más por sus productos.
En el ámbito de los cosméticos también hacen su agosto las líneas bio o ecológicas, además de que por suerte cada vez son más las firmas cosméticas que rechazan testar sus productos sobre animales.
De esta forma podemos utilizar cosméticos que no contienen químicos que puedan resultar nocivos, lo cual es muy importante ya que en este caso además de afectar a nuestra salud también tiene consecuencias estéticas, por ejemplo como pasó hace años con los pintalabios que contenían plomo, el cual por supuesto era de todo menos beneficioso.
Esto, teniendo en cuenta que la cara es la parte más visible de nuestro cuerpo y es ahí donde más empleamos productos cosméticos los efectos estéticos pueden ser devastadores, sobre todo si provocan marcas o cicatrices permanentes.
Claro que, como pasa con la comida puede que al no incluir estabilizantes y conservantes artificiales puede que la vida útil de estos productos sea menor que la de sus congéneres no ecológicos, o que sus propiedades sean diferentes, aunque cumplan perfectamente sus funciones.
Cambiando de tema podemos encontrar que otra de las ventajas de producir y consumir productos ecológicos es que de esta forma sale beneficiado el medio ambiente. Con los altos niveles de contaminación, el abuso de recursos y el agotamiento de los mismos, se hace necesario, o al menos conveniente y deseable, tomar medidas como reducir el uso de productos bioquímicos para generar alimentos o artículos u optar por aquellos que se fabrican o cultivan en lugares próximos, ahorrando así mucho en materia de combustibles y emisiones necesariamente implicadas en el transporte de las mercancías.
Hay que tener en cuenta que, aunque los pesticidas empleados para conseguir los alimentos no ecológicos hacen que las producciones crezcan de manera exponencial esto también ocasiona graves perjuicios medioambientales, contaminando los suelos y los cursos de agua de forma irreparable en muchos casos.
6 Ventajas de los productos ecológicos
1. Los productos ecológicos son más sanos:
Al no contener productos químicos, si, hablamos de pesticidas y plaguicidas, tintes y demás, las consecuencias nocivas de estos sobre la salud no se producen, favoreciendo nuestro bienestar tanto a corto como a largo plazo
2. Cada vez está más cerca de todos:
Gracias al apogeo del comercio local podemos tener accesos a productos cuyo origen dista apenas unos kilómetros de nuestros hogares, lo cual es beneficioso tanto para productores como para consumidores, que tienen acceso a productos frescos y naturales.
3. Favorecen el comercio local:
Al consumir productos cultivados o fabricados en localidades cercanas a la de destino, o puede que incluso en nuestra misma ciudad, proporciona un sustento a nuestros vecinos, favoreciendo la economía local, a veces se implantan medidas adicionales que permiten alcanzar una economía local sostenible sana y productiva, con todas las ventajas y beneficios que esta proporciona a los usuarios y habitantes de esa zona geográfica.
4. Promueven un desarrollo comercial sostenible:
Como hemos dicho al favorecer a los comerciantes más cercanos se está ayudando a que las personas con las que convivimos puedan tener un puesto laboral que les permita tener un nivel de vida digno y que su esfuerzo además sirva para que los demás tengan acceso a muchos bienes.
De otra forma, no sería tan fácil conseguir estos productos, o bien por proximidad, con la conservación de frescura y propiedades que esto conlleva, como por exclusividad, ya que a veces los productos oriundos de una localidad son casi exclusivos de esta o mejores por tradición y estándares cualitativos.
5. Ayudas a preservar o mejorar el medio ambiente:
Evitando el uso de químicos y técnicas contaminantes a la hora de producir artículos y alimentos conseguimos ayudar a preservar el medio ambiente y conservar la biodiversidad.
6. Los productos ecológicos están de moda:
Aunque parezca una nimiedad comparado con la salud o el ecosistema es un factor realmente influyente ya que gracias a las modas hay mercados que han disfrutado de un increíble auge.
6 Desventajas de los productos ecológicos
1. Los productos ecológicos tienen precios sumamente elevados:
Si te has paseado por un mercado de productos ecológicos o simplemente has pasado por la sección bio de un supermercado cualquiera te habrás podido dar cuenta de que los precios de estos productos son sensiblemente más altos que los de los productos semejantes no catalogados bajo la etiqueta -producto ecológico-.
2. Puedes comprar productos que supuestamente son ecológicos y no lo son:
Aquí entra en juego la picaresca de muchos proveedores, que aseguran que sus alimentos son ecológicos cuando en realidad han hecho uso de pesticidas y productos químicos para acabar con plagas o conseguir que los alimentos se conserven mejor o estén listos en un menor tiempo.
3. Difíciles de producir y mantener:
Aunque los puntos anteriores tratasen factores referentes a los consumidores, si miramos los productos ecológicos desde la perspectiva de un productor o fabricante sin duda veremos que se encuentran que ha de realizar un trabajo más exhaustivo para conseguir producciones competitivas y de una cantidad suficiente para introducirlas en el mercado.
4. Exclusivos de ciertos comercios:
No todos tienen acceso a ellos, además de que no están disponibles en todas las tiendas y supermercados habituales.
5. Son más perecederos y se ponen malos más rápidos:
Al no llevar conservantes artificiales ni recibir tratamientos químicos específicos estos productos suelen caducar o echarse a perder mucho antes que los que contienen esas sustancias.
6. No son tan rentables para el agricultor:
Aunque por el precio tan alto que a veces tienen estos productos podemos pensar que quienes los fabrican o producen están ganando muchísimo dinero, si lo miramos desde la postura del que ha tenido que invertir tanto dinero en conseguir producciones sin emplear facilitadores químicos, veremos que no sacan tanto beneficio como a priori puede parecer.
¿Y tú qué opinas sobre los beneficios y los contra beneficios de los productos ecológicos?
Ya hemos visto los pros y los contras que tiene el consumo de productos ecológicos ¿Crees que merece la pena el dispendio adicional por adquirir este tipo de productos? ¿Sueles consumirlos?